El aparato reproductor del varón se compone de tres partes principales:
- Testículos.
- Epidídimo.
- Conducto deferente.
Los testículos
Funciones de los testículos
Las dos funciones principales de los testículos en el proceso de la reproducción son:
- la producción de la hormona masculina denominada testosterona
- la producción de espermatozoides.
Estructura de los testículos
Ambos testículos, cuya longitud normal es de 4 a 5 centímetros cada uno, están situados en el escroto (una estructura muscular compuesta de varias capas que protegen los testículos y permiten regular la temperatura).
Los espermatozoides
El semen "normal" contiene millones de espermatozoides y el líquido seminal. La cantidad y la calidad de los espermatozoides son factores determinantes para conseguir la fecundación.
En el laboratorio se mide:
- el volumen de la eyaculación (número de mililitros, 2-5 ml)
- la concentración de espermatozoides (número/ml)
- la movilidad de los espermatozoides
- el número de espermatozoides vivos
- la forma de los espermatozoides
- la aglutinación de los espermatozoides
El epidídimo
Función del epidídimo
El semen, una vez producido en los testículos, termina de desarrollarse y madurar en el epidídimo, y luego se almacena en espera de una eyaculación. El semen se desplaza del epidídimo al conducto deferente, también conocido como cordón espermático.
Estructura del epidídimo
El epidídimo es un estrecho conducto con forma de espiral, situado debajo de una envoltura de tejido conjuntivo. Desplegado, el epidídimo tendría una longitud de 6 metros aproximadamente. Se localiza detrás de cada testículo.
El conducto deferente
Función del conducto deferente
Durante la eyaculación, el semen sale de los testículos por el conducto deferente a la uretra. Cuando el esperma es expulsado del cuerpo a través del pene, la próstata y otras glándulas le añaden líquido seminal.
Para la esterilización masculina, se ligan los conductos deferentes de ambos lados con el fin de impedir que los espermatozoides lleguen a la uretra y de que la eyaculación no contenga espermatozoides.
Estructura del conducto deferente
El conducto deferente es una larga estructura que une el epidídimo (donde se conserva el semen) con la uretra (por donde se expulsa el semen). Aunque la uretra sirve también para orinar, hay una válvula de regulación de la salida de esperma y de orina.
La producción de semen es un proceso sumamente complicado que comienza en la pubertad y prosigue a lo largo de la vida del varón sano, hasta su muerte. La producción de semen empieza en los testículos y está regulada por varias hormonas. Estas hormonas están reguladas a su vez por el hipotálamo y la hipófisis en el encéfalo.
Desde el principio hasta el final, la producción de semen dura alrededor de 72 días. El semen pasa los 50 primeros días en los testículos y los 22 a 24 últimos en el epidídimo. En el epidídimo, los espermatozoides maduran y adquieren movilidad (posibilidad de nadar). Durante las relaciones sexuales, el esperma se eyacula en el conducto reproductor femenino a través de la vagina y emprende un viaje al cuello del útero y a las trompas de Falopio, donde tiene lugar la fecundación.
Este trayecto tiene una gran cantidad de cavidades, de pliegues o de "direcciones equivocadas" que impiden a muchos espermatozoides llegar a su destino. Este es el motivo de que se precise un gran número de espermatozoides en el proceso de la reproducción.